5 características imprescindibles para el liderazgo de hoy


La primera de las características es: tener un compromiso fuerte y no “mercenario” con el proyecto que se ofrece y se representa, cualquiera que sea su naturaleza. En este sentido, nadie que no crea en lo que hace y ofrece, genera esa credibilidad para el ejercicio del liderazgo. Como personas y como organización, somos una mezcla de valores e intereses y siempre resulta complejo separar valores e intereses en los comportamientos humanos. Sin embargo, el liderazgo es tanto más fuerte, cuantos menos intereses personales estén involucrados en el compromiso. Entendiendo, que el compromiso con un proyecto implica tener una conciencia clara de la oferta y del valor que esa oferta añade para uno mismo y para los demás. Por ello, cuando se lidera un proyecto en una organización, ya sea política, social, económica o cultural, y no se sabe claramente qué se ofrece y qué valor se añade a los demás, la función del liderazgo queda debilitada.

La segunda característica es la capacidad de reconocer y gestionar el estado de ánimo de los demás. No nos confundamos, esto no quiere decir que se deba seguir la estela del estado de ánimo de los demás, pero sí tenerlo en cuenta en relación con el proyecto que ofrece. Esto significa que si nos encontramos con un estado de ánimo negativo y el líder no es consciente de él, la distancia y la desconfianza aumentarán. Para cambiar algo negativo en positivo o para hacer lo positivo más positivo todavía, es fundamental comprender y estar atento y preparado para gestionarlo y cambiarlo en la medida que ese cambio puede facilitar la consecución de objetivos.
Hay líderes que se creen fuertes sin tener en cuenta el estado de ánimo de la gente cuando toman decisiones que mantienen con firmeza. Este tipo de líderes, básicamente se sienten fuertes, porque confunden el poder con la autoridad y ejercen ese poder (atribuido) sin autoridad moral. Por ello, cuando se pierde el poder, si no se ha ejercido con autoridad (vista ésta como cualidad moral), el liderazgo desaparece. Sin embargo, cuando la autoridad se ejerce como poder moral, el liderazgo puede hacerse cargo del estado de ánimo de la gente, produciendo cambios en ese estado de ánimo. Siempre partiendo de la idea de que el compromiso con lo que se defiende es fuerte y no mercenario.

La tercera característica es la fortaleza emocional, la que no se debe confundir con inteligencia emocional de la que tanto se habla. En este caso, identifico “fortaleza emocional” en el sentido casi confuciano del término: “… el ser humano centrado que no se deja arrastrar por la exaltación en el éxito, ni por la depresión en el fracaso”. Siendo, entonces, la capacidad de no dejarse arrastrar por el éxito, ni por el fracaso.
Una de las cuestiones que más perturba el ejercicio del liderazgo es lo que algunos autores llaman, y a los que me sumo, “la borrachera del éxito”. Parece ser que al paso que vamos, todos moriremos de éxito y si miramos a nuestro alrededor, es cierto que es una de las muertes más habituales.

La cuarta característica está muy relacionada con la capacidad de procesar y compartir información que, junto a otras herramientas facilitadoras del trabajo en grupo, ofrecen las nuevas tecnologías. En la actualidad, el avance y desarrollo tecnológico introduce importantes cambios en las posibilidades que tiene el líder de vertebrar los equipos de trabajo distribuyendo y compartiendo la información necesaria para el cumplimiento de los objetivos. Esta nueva situación no favorece los estilos de algunos líderes que ocultan información, incluso a sus colaboradores, intentando tener un mayor poder relativo, despreciando así las enormes ventajas del flujo horizontal y vertical de la información en el contexto de la organización. En este nuevo paradigma se puede alterar la relación clásica entre la información y el poder, facilitándose la participación y el compromiso.

Por último, la quinta característica que señalo tiene que ver con la capacidad de coordinar equipos de colaboradores diversos y multidisciplinares. En un mundo cada vez más intercomunicado y diverso, se revela como muy conveniente la capacidad del líder de poner en valor la riqueza de esas personalidades diversas, logrando una verdadera integración y cohesión de los equipos, al obtener de cada una de las personas lo mejor que puedan dar como parte de esa diversidad, tanto de pensamiento, como cultural, que se manifiesta de manera creciente en los equipos y las organizaciones.

Si te gusto puedes compartirlo y llegar a ser el Lider de hoy!
Buen fin de semana.



Elsa Mereles
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